Conductor : Óliver Díaz
Stage director: Giancarlo Del Monaco
Set designer: William Orlandi
Costume designer: Jesús Ruiz
Lighting designer: Vinicio Cheli
Madrid Orchestra
“Teatro de La Zarzuela” Chorus
Lina: Carmen Romeu / Raquel Lojendio
Cecilia: Nancy Fabiola Herrera / Ana Ibarra
Puck: Rodrigo Esteves / José Antonio López
Juanito: Jorge Rodríguez-Norton
Roberto : Felipe Bou
Critique :
“Las Golondrinas”, un impresionante inicio de temporada
Verdadero estallido de “Bravo” al bajarse el telón con las últimas notas de la obra de Usandizaga y muchos minutos de ovaciones a todos los artistas sin excepción alguna. Un éxito rotundo que se apunta Daniel Bianco en la apertura de su primera temporada como responsable del Teatro de la Zarzuela. Merecido, ya que puso toda la carne en el asador eligiendo una ópera española poco representada y encargando una nueva producción a un director de escena de la talla de Giancarlo del Monaco.
Se ha utilizado la revisión a ópera de la zarzuela del prematuramente fallecido Usandizaga –antes de cumplir los treinta- realizada por su hermano, en la que los diálogos están musicalizados. Estamos ante una partitura irregular, muy propia de su tiempo, con influencias y ecos de todo tipo, desde Wagner a Debussy, pasando por Lehar con más promesas que realidades, con una orquestación rica y brillante, a la que le falta continuidad en la inspiración, aunque presente momentos con arranque melódico como el aria de Puck en el primer acto, el dúo “Fuego de paja en el viento” o muy especialmente la “Pantomima”. Se ofreció en una de las primeras temporadas del Real con regia de José Carlos Plaza, María José Montiel y Vicente Sardinero y más tarde, en concierto, en la Quincena donostiarra y el Arriaga.
Tanto Oliver Díaz como del Monaco han coincidido en resaltar en foso y orquesta los tintes más dramáticos de la obra. El regista se ha decantado claramente por apartarse del naturalismo, con una compañía ambulante de payasos, para adentrase en el neorrealismo en los dos primeros actos y en el expresionismo en el tercero. Predomina la escena en blancos y negros cinematográficos, que se tiñen de colorido –precioso el vestuario de Jesús Ruiz- en la “Pantomima”. La escenografía parece la propia caja del teatro, pero no lo es y la iluminación no puede estar más acertada. Hay registas que se limitan a diseñar espectáculos más o menos bellos o imponentes en los decorados y otros que, al margen de ello, son auténticos hombres de teatro y hacen actuar a los cantantes. Uno de estos es el italiano. Cuando Carmen Romeu se vea en video –y éste es obligado realizarlo- no se podrá creer su actuación. Del Monaco realiza con ella aún más de lo que Decker logró con Netrebko en la célebre “Traviata” salzburguesa: una completa actuación escénica hasta en esa pantomima en la que no se recurre al tradicional lavado de manos de un ballet sino que la representan los propios cantantes. Y es sólo uno de los ejemplos. Desde el primer maltrato de Puck a Cecilia hasta la forma de desvelar el asesinato de ésta se respira una tensión casi abrumadora, sólo apaciguada por los abundantes movimientos secundarios en segundos planos. Inspirada la aparición final de la compañía. Un trabajo admirable y es curioso que sea un italiano quien mejor haya sabido llevar a escena dos obras tan nuestras como “Golondrinas” o la excelente “Vida breve” del Palau de les Arts que la Zarzuela haría bien en recuperar.
El reparto funciona, salvando las dificultades de una escritura en tesituras exigentísimas que obliga a cambios del más ligero primer acto al dramático tercero. Los tres protagonistas –Romeu, Fabiola Herrera y Esteves- quedan a veces algo cortos y poco cómodos vocalmente ante la densidad orquestal pero la escena lo salva. La dirección en el foso de Oliver Díaz supone una auténtica sorpresa, ágil, vibrante, enérgica, mas nunca descontrolada, con un muy trabajado interludio, consiguiendo uno de los mejores trabajos de la Orquesta de la Comunidad y el Coro del teatro.
Un inicio de temporada que supone toda una lección para otros teatros. Y las siguientes son “Iphigenia en Tracia” de Nebra y “La Villana” de Vives. ¡Qué se mantenga el nivel!
Gonzalo Alonso